La carne es un alimento muy susceptible de contaminación por bacterias, lo que hace que su conservación sea un factor primordial a tener en cuenta. También hay que tener en mente que en función del tipo de carne que sea, la conservación se hará de una forma u otra. Desde Almansa, tu restaurante experto en carne a la brasa, te contamos una serie de consejos para conservar la carne de forma adecuada.
El primer factor a tener en cuenta, que ya hemos mencionado antes , que cada tipo de carne conlleva una conservación. Por ejemplo no es lo mismo la carne picada que la carne que compramos fileteada, si la hemos comprado al peso debemos quitarle el líquido que supura ya que es una de las principales fuentes de proliferación de bacterias.
La cadena de frío, no sólo es importante a la hora de la congelación, también lo es para los productos refrigerados. Desde el momento en el que compras en la carnicería, es recomendable que utilices bolsas que mantengan la temperatura y en el momento de llegar a casa, directamente al frigorífico.
Para conservar la carne que se compra en bandejas.
Debes saber que en este formato, la carne lleva algún tipo de conservante para que la vida útil se alargue y el producto fresco dure más tiempo de acuerdo a las normas de higiene. Es importante saber que para conservarla, no es necesario abrir la bandeja y así evitamos que coja bacterias u olores de otros alimentos.
Un tema importante, la carne picada
Este tipo de corte es el más susceptible de contaminación, ya que en el proceso de picarla se aumenta su temperatura y suelta jugos que aumentan los riesgos de contaminación. También es un factor de riesgo que la superficie de contacto con el aire sea mayor.
Congelación
Mediante la congelación se detiene la actividad de los microorganismos y de las proteínas activas, lo que retrasa la alteración durante largos períodos de tiempo. La temperatura recomendada para congelar carne es -18º, en la cual es prácticamente imposible que proliferen las bacterias y que el alimento se altere.
Es muy recomendable envolver la carne en porciones en papel de film o en bolsas de congelación con el fin de evitar la desecación y las quemaduras por el frío. La congelación debe hacerse de la forma más rápida posible
Elimina la grasa visible ya que se altera con facilidad, filetear en el tamaño deseado y envover cada pieza por separado, comprobar que la temperatura del congelador sea la adecuada.
A raíz de la congelación, una parte muy importante es el proceso inverso. La manera más segura de hacerlo es de forma lenta y uniforme, dejando las piezas en el frigorífico para evitar los cambios bruscos de temperatura. Cuanto más lento sea el proceso, mejor.
En Almansa apostamos firmemente por la frescura y la calidad de la carne, pero entendemos que a la hora de comprar una pieza sobre y haya que conservarla. Te lo contamos desde Almansa, tu restaurante experto en carne a la brasa. Si tienes cualquier pregunta o consulta, no lo dudes y contacta con nosotros.